El martes 19 de marzo es el día del Padre y toca felicitarlos.
Hablar de Papá para algunos es muy fácil, para otros es un poco más
difícil. Siempre existirá cerca alguién que sepa, con el mismo cariño, suplir
su ausencia.
Muchas Felicidades a todos los papás. Les vamos a dedicar este vídeo. Es una bonita canción de Roberto Carlos escrita a su padre.
El día 8 de marzo se conmemora la lucha que la mujer ha venido
realizando durante tantos años para que se le reconozcan sus derechos en
la sociedad y pueda alcanzar un desarrollo íntegro como persona. Esta
fecha es conocida como el Día Internacional de la Mujer y está
reconocida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Aunque existen varias versiones sobre los orígenes de este día; la
historia más extendida es la que hace referencia a las 129 mujeres
trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York que murieron
calcinadas. Todo esto ocurrió ante la negativa de abandonar el encierro
que se llevó a cabo en dicha fábrica para pedir una reducción de la
jornada laboral a 10 horas y a su vez protestar por los bajos salarios y
las infames condiciones de trabajo que padecían.
"Carta de una madre" es un documento impresionante que puede servir para trabajar con el alumnado en clase para esta fecha tan especial.
Queridos
todos: Me voy. Volveré cuando sepáis dónde están guardadas las bolas de
naftalina, cuando nuestra casa ya no tenga secretos para ninguno de
vosotros, cuando seáis capaces de descifrar los códigos de los botones
de la lavadora, cuando logréis reprimir el impulso de llamarme a gritos
si se acaba la pasta de dientes o el papel higiénico. Volveré cuando
estéis dispuestos a llevar conmigo la corona de reina de la casa. Cuando
no me necesitéis más que para compartir. Ya sé que me echaréis
de menos, estoy segura. También yo a vosotros, pero sólo desapareciendo
podré rellenar los huecos que vuestro cariño me produce... Sólo podré
estar segura de que verdaderamente me queréis cuando no tengáis
necesidad de mí para comer o para vestiros o para lavaros o para
encontrar las tijeras. Ya no quiero ser la reina de la casa, estoy
harta, me he cansado de tan gran responsabilidad y he caído en la cuenta
de que si sigo jugando el papel de madre súper no lograré inculcaros
más que una mentalidad de súbditos. Y yo os quiero libres y
moderadamente suficientes y autónomos.
Ya sé que
vuestro comportamiento conmigo no es más que un dejarse llevar por mi
rutina; también por eso quiero poner tierra por medio. Si me quedo,
seguiré poniéndoos todo al alcance de la mano, jugando mi papel de
omnipresente para que me queráis más.
Sí, para
que me queráis más. Me he dado cuanta de que todo lo que hago es para
que me queráis más, y eso me parece tan peligroso para vosotros como
para mí. Es una trampa para todos.
Palabra
de honor que no me voy por cansancio, aunque sea una lata dormirse todas
las noches pensando en la comida del día siguiente y hacer la compra a
salto de mata cuando vienes del trabajo y, a la larga, pesa mucho la
manía de ver siempre un velo de polvo en los muebles cuando me siento un
rato en el sofá, y la perenne atracción hacia la bayeta y la cera. Pero
no es sólo por eso. No. Tampoco me voy porque esté harta de poner la
lavadora mientras me desabrocho el abrigo ni porque quiera estar más
libre para hacer carrera en mi trabajo. No. Hace ya mucho tiempo que
tuve que elegir una perpetua interinidad en mi profesión porque no podía
compatibilizar una mayor dedicación mental al trabajo profesional con
la lista de la compra. Me voy para enseñaros a compartir, pero sobre
todo me voy para ver si aprendo a delegar.
Porque si
lo consigo, no volveré nunca más a sentirme culpable cuando no saquéis
notas brillantes o cuando se quemen las lentejas o cuando alguno no
tenga camisa planchada que ponerse.
La culpa
de que sea imprescindible en casa es sólo mía, así que desapareciendo yo
por unos días, os daréis cuenta vosotros de que la monarquía doméstica
es fácilmente derrocable y quizá yo pueda aprender la humildad necesaria
para ser, cuando vuelva, una más entre la plebe.
Cuando
encontréis la naftalina no dejéis de avisarme. Seguro que para entonces
yo también habré aprendido a no ser tan excesivamente buena. Puede ser
que ese día no nos queramos más, pero seguro que nos querremos mejor.
Besos. Mamá.
C. de Santos - "Ser Humano"
¿Qué
tenemos que decir? Después de leer con responsabilidad esta carta y
reflexionar, no sólo para comprender las verdades que se cuentan en ella, sino para tomar
una postura que implique cambios en nuestras conductas diarias. Terminamos con un vídeo para reflexionar.